Los novios búlgaros / Eduardo Mendicutti
Tipo de material: TextoSeries Andanzas ; 203Detalles de publicación: Barcelona : Tusquets, 2003 Edición: [5ª ed.]Descripción: 240 p. ; 21 cmISBN: 978-84-7223-699-8Resumen: Esta desgarrada y conmovedora historia de amor arranca con esta contundente reflexión : ±Era un caballero y tenía un novio búlgaro. Pero ahora me he quedado sin novio y dudo mucho de que siga siendo un caballero. Creo que soy una perdida». De la mano del bellísimo y pícaro búlgaro Kyril y gracias a las peripecias no siempre gratas ni muy legales en que éste embarca al caballero Daniel Vergara, vamos adentrándonos en ese mundo ignorado, ajeno a toda moral establecida, que, para muchos jóvenes inmigrantes de los países del Este, se inicia en España en el ±chaperío» de la emblemática Puerta del Sol de Madrid. Aunque el azar conduzca a Vergara, como a todos los caballeros desprendidos y generosos por naturaleza, a extremos absurdos, nunca se arrepiente. Como lo reconoce él mismo, en esta insólita hazaña, puso ±algo de dinero, un gramo de locura, un montón de afecto, quizás de amor»Tipo de ítem | Biblioteca de origen | Signatura | URL | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | Reserva de ítems |
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Monografías | 06. BIBLIOTECA HUMANIDADES | 860-3"19"/MEN/nov (Navegar estantería(Abre debajo)) | Texto completo | Disponible Ubicación en estantería | Bibliomaps® | 3743095143 |
Esta desgarrada y conmovedora historia de amor arranca con esta contundente reflexión : ±Era un caballero y tenía un novio búlgaro. Pero ahora me he quedado sin novio y dudo mucho de que siga siendo un caballero. Creo que soy una perdida». De la mano del bellísimo y pícaro búlgaro Kyril y gracias a las peripecias no siempre gratas ni muy legales en que éste embarca al caballero Daniel Vergara, vamos adentrándonos en ese mundo ignorado, ajeno a toda moral establecida, que, para muchos jóvenes inmigrantes de los países del Este, se inicia en España en el ±chaperío» de la emblemática Puerta del Sol de Madrid. Aunque el azar conduzca a Vergara, como a todos los caballeros desprendidos y generosos por naturaleza, a extremos absurdos, nunca se arrepiente. Como lo reconoce él mismo, en esta insólita hazaña, puso ±algo de dinero, un gramo de locura, un montón de afecto, quizás de amor»
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