El género mitológico provocó una rigurosa censura en la sociedad española del siglo XVII, fuertemente influida por la Iglesia de la Contrarreforma, que solo llegaba a aceptarla si se trataba de una mitología cristianizada y, por tanto, puesta al servicio de la religión y la moral cristiana, es decir, interpretando las imágenes clásicas subordinadas a ideas específicamente cristianas. Velázquez, no obstante, tras su formación humanística junto a su maestro Francisco Pacheco, no duda en servirse del mito en gran parte de sus cuadros, y, aunque en sus primeras obras no hay una clara evidencia de ello en un intento claro de escapar de la rigurosa censura del momento, en los realizados tras sus viajes a Italia, aparece con toda claridad, aunque eran entendidos sin ánimo de trasmitir algo que no fuera la destreza como pintor. Nada más lejos, pues en toddos ellos hay un elaborado mensaje, fruto de un pensamiento humanista