No es fácil resumir lo que fue el siglo XX para la prensa en Latinoamérica, etapa sin duda de crecimiento, pero también de pasos atrás, de largas dictaduras que se afirman liberadoras pero cercenan la libertad, de movimientos obreros que impulsan con entusiasmo una prensa tan modesta como reivindicativa, de minorías inquietas y vanguardistas que fomentan gran número de revistas literarias o pedagógicas, a menudo de sorprendente calidad, de núcleos religiosos infatigables en la creación de medios afines. De una inmigración caudalosa, que dejó asimismo su honda huella periodística. También de órganos y periodistas serviles que todo lo justifican y dos décadas, los setenta y los ochenta, con multiplicación de dictaduras militares que aplastan toda expresión crítica.