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Este libro es una divertida provocación, un enfrentaminto directo con el establecimiento de las voces influyentes, para mostrar los destrozos que están haciendo en el habla castellana. La degeneración de nuestro idioma ha empezado por las clases cultiparlantes, los comunicadores y comunicólogos. Muchos estudiantes universitarios españoles son incapaces de expresarse correctamente en castellano.Todos contribuímos un poco al glosicismo y, si este diagnóstico es correcto, habría que vaticinar la desaparición del español como idioma culto. Puede que se transforme en una especie de pichinglis, un conjunto de dialectos para el mero intercambio cotidiano de varios millones de personas. El texto que aquí ofrecemos es una edición remozada y puesta al día con nuevos ejemplos de cómo se pervierte el lenguaje a través de los medios de comunicación y con un epílogo que pretende ayudar a quien quiera aprender a escribir con gracia y propiedad. Un excelente ensayo sobre las costumbres, satírico y amable, que cosechará una espesa gavilla de silencios punzantes y no dará origen a ninguna polémica, porque nadie se sentirá aludido. Quede como testimonio y defensa de nuestra madre común: la vieja lengua castellana.