Este libro contiene una especie de confesión de El Campesino, fanático de la Unión Soviética, 'patria del socialismo mundial', y de su 'jefe genial' y 'padre de los pueblos', hizo derramar la sangre -y derramó la suya propia- no sólo en los frentes de batalla, sino en la retaguardia y según la fría disciplina impuesta por los técnicos, los consejeros y los agentes policíacos mandados por Stalin. Encarcelado por la siniestra NKVD, estuvo a punto de ser su víctima. Terminada la guerra civil y al refugiarse en Rusia, no tardó en comprender que había combatido y cometido excesos en nombre de una trágica ilusión, de un falso ideal y de una inmensa estafa, y que el mítico Jefe genial no era más que un tirano. Hubiera podido guardar silencio, adaptarse, pero su naturaleza rebelde, su espíritu libertario de auténtico español no se lo permitieron. Deportado a los campos siberianos de trabajo forzado, y tras de vivir una trágica odisea, tuvo el valor -caso poco menos que único- de evadirse cuando se le daba por muerto. Su evasión -su doble evasión- fue, en realidad, un desafío a la muerte. Tenía importantísimas revelaciones que hacer y logró salvarse. Estas revelaciones están contenidas en un libro anterior y en éste que se somete hoy a la atención de sus compatriotras.