Incluye referencias bibliográfica (p. 249-276) e índices

El periodo del barroco (finales del XVI hasta mediados del siglo XVIII) vio reconfiguración extensiva de las ciudades europeas y sus espacios públicos. Sin embargo, esta transformación no puede limitarse simplemente a que significa un estilo de arte, arquitectura y decoración. Por el contrario, el dinamismo, la emotividad, y el potencial de grandeza, que eran inherentes al estilo barroco, desarrollado en estrecha interacción con la necesidad y el deseo de los europeos pos-Reforma para encontrar la expresión visual de las nuevas realidades políticas, confesionales y sociales. Profusamente ilustrado, este volumen examina estas complejas relaciones entre la arquitectura y el arte, el poder, la religión y la sociedad de una amplia gama de puntos de vista y las localidades. De Cracovia a Madrid y desde Nápoles a Dresde, ciudades fueron reconfiguradas visuales, así como política y socialmente. El poder, tanto en sus formas políticas y de arquitectura, tuvo que ser negociado entre los componentes que van desde los monarcas y los clérigos de alta a los ciudadanos comunes. Dentro de este proceso, tanto gobernantes como gobernados se transformaron: Europa dejó atrás los últimos vestigios de la Edad Media y llegó en el umbral de la modernidad.